¿Cómo disfrutar de un masaje?

Ser lo más receptivo al masaje como sea posible

Para ello es importante relajarse y dejarse hacer. No hace falta mantener una conversación con el masajista ni parecer simpático. Si tienes mucha tensión, date un ducha caliente antes de ir a recibir el masaje. Otra cosa que te ayudará mucho es hacer dar un paseo previo para despejarte, incluso meditar.

No comer justo antes de una sesión de masaje

Deja que el cuerpo digiera la comida antes del masaje. En caso de que la hora te coja demasiado cerca del desayuno o la comida, toma algo ligero, fácil y rápido de digerir. En función de la hora, también puedes valorar dejar la comida para después del masaje.

Ser puntual

Si llegas de forma apresurada, te llevará más tiempo poder relajarte. Además, si llegas tarde, puedes retrasar la sesión y obligar a otros clientes a empezar más tarde, o incluso ver que tu tiempo se ve reducido.

Quítate sólo la cantidad de ropa con la que te sientas cómodo

Si no deseas quitarte mucha ropa, usa ropa que pueda ser cómoda durante el masaje y permitirá que el masajista pueda tocar y mover las áreas de tu cuerpo que quieres que solamente trabaje. Además, para mantener tu privacidad, el masajista saldrá de la sala o cabina mientras te desvistes.

Se te proporcionará una toalla para cubrirte durante el masaje y el terapeuta manual descubrirá sólo la parte de tu cuerpo que recibirá el masaje, lo que garantiza que tu posible pudor será respetado en todo momento. Una vez finalizado el masaje, se te proporcionará privacidad también mientras te vistas. En cualquier caso, no tienes por qué mostrar más de lo que desees y puedes cubrirte sin sentir ningún tipo de culpabilidad o apuro.

Comunícate con tu quiromasajista

Es importante que le digas al masajista cómo estás y cómo te sientes.

La confianza es vital para sacar el mejor provecho de la sesión del masaje:

Antes de la sesión, da información precisa sobre tu estado de salud y deja que el masajista conozca tus expectativas y los motivos por los que has acudido a darte el masaje.

Si tienes alergia a los aceites, lociones o polvos, ya que es habitual que cualquier terapeuta manual los utilice para para reducir la fricción en la piel. Si informas de este hecho, el masajista puede utilizar otra alternativa.

En algunas sesiones, el masajista puede reproducir música durante la sesión. Hay personas que disfrutan mucho con una música relajante, pero a otros les distrae y no se relajan tanto. Si a ti te ocurre esto, informa a tu masajista o indícale sin ningún reparo si por favor puede apagar la música.

A algunas personas les gusta hablar durante un masaje, mientras que otras permanecen en silencio. Dile a tu masajista cuál es tu preferencia.

Durante la sesión de masaje, indica si sientes cualquier molestia, tanto si es por el propio masaje o por cualquier otro relacionado con el ambiente, como por ejemplo, la temperatura, el volumen de la música, la iluminación, etc.

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